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Alto funcionario del Vaticano afirma que la división ya existía y el tema de los gais la acrecentó

"En el fondo, el interés de Francisco estaba en salvaguardar la libertad y espontaneidad de este otro tipo de bendiciones".

Cristina Cabrejas / EFE / Religión Digital /

El prefecto del dicasterio para la Doctrina de la Fe, el cardenal argentino Víctor Manuel Fernández, está en el ojo del huracán por las bendiciones de las parejas homosexuales, que, según explica en una entrevista a EFE, «transparentan» una división que ya existía en la Iglesia y asegura que preveía las críticas de sus detractores, que «solo estaban esperando la ocasión adecuada».

Pregunta :¿Era necesario el documento en el que se aprueba la bendición a parejas homosexuales e ‘irregulares’?

Respuesta: Hace rato que muchas personas e instituciones hacían llegar preguntas sobre este tema y se corría el riesgo de que terminara siendo un tema central de discusión en el Sínodo, que en realidad tiene otros objetivos.

Pero lo más importante es que en mis conversaciones con el papa me quedó clara una cosa, que él quería rechazar las bendiciones a parejas irregulares con ritos o formas litúrgicas, pero al mismo tiempo quería evitar que eso implicara comenzar a poner muchas condiciones para dar una sencilla bendición al paso, en la calle, en una peregrinación, porque él lleva en el corazón el valor de la pastoral popular, que acoge a todos.

Para muchos sacerdotes en Argentina, en Brasil y otros países es muy común dar estas simples bendiciones sin exigir nada, y darlas incluso a los criminales. Por eso, si la piden dos personas, no implica exigir una perfección moral o canónica para darla.

En el fondo, el interés de Francisco estaba en salvaguardar la libertad y espontaneidad de este otro tipo de bendiciones que son el único gesto sacerdotal que tenemos para dar a todos: si no podemos darles la absolución, si no podemos darles la Eucaristía, si no podemos bendecirlos con un rito litúrgico, sí podemos darles una sencilla bendición pastoral: al menos decirles «que el Señor los bendiga y los proteja» y hacer una señal de la cruz en la frente de cada uno. Para Francisco era importante que esta posibilidad no quedara comprometida o sometida a diversos controles eclesiásticos.

¿Esperaba las reacciones negativas que ha tenido el documento?

No sabía qué intensidad tendrían, pero sí las esperaba. Lo que no me esperaba es que muchos obispos y sacerdotes que yo consideraba ‘conservadores’ hicieron llegar o expresaron públicamente su comprensión y su valoración positiva frente a estas ‘bendiciones pastorales’. A veces uno prejuzga a las personas sin conocerlas bien.

El cardenal Sarah lo considera una herejía…

Hoy hay una enorme libertad para decir de todo, también dentro de la Iglesia.

¿Puede suponer una fuerte división en la Iglesia?

En todo caso esa división ya existía y solo se transparentó.

¿Habrá otros temas que le gustaría aclarar porque crean confusión?

Debo decir que no creo que seré noticia en el futuro porque no tenemos previstos en el dicasterio temas que puedan ser muy polémicos, como los últimos. Estamos preparando un documento muy importante sobre la dignidad humana que no incluye solamente los temas sociales, sino también una fuerte crítica a cuestiones morales como el cambio de sexo, el alquiler de vientres, las ideologías de género, etc. En este sentido, las personas más preocupadas podrán descansar.

¿Ha hablado de estos ataques y críticas con Francisco?

Sí, pero él los considera purificaciones de Dios para permitirnos cumplir mejor y con más humildad la tarea que el Señor nos encomienda.

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