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Nuestra sociedad está enferma, en decadencia, se destruye a sí misma

Lic. Elí Garro Valerio / Administrador de negocios/

 Nuestra sociedad a la que pertenecemos todos, está azotada por una serie de problemas que crecen y crecen, sin que se planifique y desarrolle proyectos capaces de afrontar las verdaderas causas y hechos que todos conocemos. Estamos en crisis en materia social (pobreza, desempleo, carencia de vivienda), déficit fiscal, infraestructura, educación, ambiente, seguridad ciudadana (robos, accidentes, muerte y temor), consumo y trasiego de droga, consumismo, corrupción hasta en los mismos poderes del Estado, irrespeto y familia (agresiones a menores, mujeres y adultos). Lo anterior es producto de una crisis manifiesta en la degradación y pérdida de los valores esenciales de las personas, la familia y la sociedad. La sociedad acepta, promueve e implementa como buenas, acciones que son  malas, incorrectas, nocivas y contrarias a los valores y principios bíblicos de nuestro Creador.

Nuestra sociedad se destruye a sí misma, está en decadencia espiritual, está enferma, está en destrucción por falta de conocimiento y de la aplicación de los valores y principios bíblicos, como dice la Palabra en Oseas 4:6 “Mi pueblo fue destruido porque le faltó conocimiento…”.  Es decir, que el corazón de las personas se ha endurecido por la ignorancia y la desobediencia a la Palabra de Dios y por tanto, vive en tinieblas como indica La Biblia en Efesios 4:18-19, “A causa de la ignorancia que los domina y por la dureza de su corazón, estos tienen oscurecido el entendimiento y están alejados de la vida que proviene de Dios. Han perdido toda vergüenza, se han entregado a la inmoralidad, y no se sacian de cometer toda clase de actos indecentes”. Se han alejado de la vida espiritual y están sumidos en prácticas, creencias y modas, que ofrecen entidades y sociedades en decadencia espiritual.

Además de los problemas señalados anteriormente, desde la perspectiva emocional las personas están siendo invadidas por una serie de problemas que causan aflicción y angustia, tales como: estrés, ira, desesperanza, depresión, rencor, amargura, baja autoestima, envidia, dependencia emocional, financiera y tecnológica, temor,  celos, culpabilidad, incredulidad, desanimo, desilusión, frustración, impotencia, pesimismo, soberbia, apatía, egoísmo, pereza, idolatría, etc., que generan muchos problemas sociales y gran cantidad de enfermedades que colapsan el sistema de salud.

La problemática de nuestra sociedad no se corrige con acciones parciales correctivas y dispersas, que consumen mucho esfuerzo y recursos; con poca convicción, con oposiciones y conflictos, y muchas veces contrarias a los valores. Tenemos ejemplos tales como: arreglar un puente destruido, reactivar un tren, aplicar quimio o radioterapia, contratar más policías y ampliar las cárceles, enseñar sobre sexualidad, aplicar programas parciales de ayuda social, modificar tramos de vías, recortar pensiones, etc. Estamos ejecutando acciones que atacan los efectos y no las causas; y no hacemos o hacemos muy poco en acciones y proyectos integrales de prevención, que ataquen hoy los problemas de nuestro país, con una visión de futuro a mediano y largo plazo.

Lamentablemente estos problemas van permeando cada vez más y a menor edad a nuestros niños y niñas, en aspectos como el consumo y trasiego de drogas, el sexo, el bullying, las enfermedades como la obesidad y diabetes entre otras, retiro temprano de escuelas y colegios, embarazos-niñas teniendo hijos(as) a temprana edad-, divorcios, maltrato por parte de los padres, para citar algunas. También cada vez son más los robos, violencia y homicidios donde están presentes muchos jóvenes antes de alcanzar la mayoría de edad. Con los grandes y graves problemas de nuestra nación y con este panorama que aqueja nuestros niños(as) y jóvenes, los futuros ciudadanos de nuestro país no tienen una expectativa esperanzadora.

Los ciudadanos debemos contribuir positivamente con nuestro país que nos necesita a todos, para lo cual presentamos a los partidos políticos a promover e implantar el proyecto de: Valores y principios bíblicos en la educación costarricenseEl motor que impulsa la nueva sociedad costarricense, mediante un cambio de actitud y estilo de vida, potenciado por la Palabra de Dios-. Valores y principios que serán parte de la vida personal y de la familia; y que darán un giro muy positivo, necesario, urgente e importantísimo a la sociedad de nuestro país.

Tiene como objetivo general, enseñar y aplicar valores y principios bíblicos en las escuelas y colegios del país, para formar personas que los internalizan y los practican en sus actividades personales, familiares y ciudadanas. La aplicación de estos valores y principios, generará ciudadanos con carácter, seguros de sí mismos, disciplinados, con alta autoestima, preparados para amar, perdonar, servir y triunfar en familia, en el trabajo, en la cultura, en el deporte y en la sociedad en general. Consiste en realizar una revolución  mental-espiritual en los niños(as) y jóvenes, que se convertirán en los futuros ciudadanos; con una onda expansiva que permeará todo el país, y más allá de nuestras fronteras.

Este proyecto entrará a regir en el aprendizaje de los niños y niñas desde que inician en preescolar y hasta secundaria, donde se enseñan y se practican los valores y principios bíblicos en los estudiantes, tales como el amor, el valor de la vida, la verdad, el perdón, la integridad, la honradez, el servicio, la fe, la paz, la disciplina y la esperanza. Al salir graduados de los niveles primario y secundario, los y  las jóvenes contarán con una plataforma de valores que les dará una nueva y agradable perspectiva de la vida. Valores y principios que son de vital importancia para la toma de decisiones cruciales en su vida: la clase de ciudadano que será, la clase de profesional, la clase de técnico, la clase de deportista (distintos deportes), la clase de artista (en los diversos formas del arte), la clase de esposo y esposa, la clase de padre y madre, la clase de trabajador y trabajadora, la clase de líder y político, etc.

El proyecto tiene impactos positivos en todos los sectores: social, económico, deportivo, ambiental, seguridad, tecnológico y cultural de nuestro país, es de urgencia nacional y debe estar presente en la agenda del gobierno de turno. La nueva sociedad, será respetuosa y practicante de los valores y principios bíblicos, que se reflejará en mejores estudiantes, trabajadores disciplinados, honrados y productivos; padres y madres preparados para guiar a sus hijos, además habrá disminución de problemas sociales (consumo y trasiego de droga, corrupción, bullying, robos, violencia, accidentes, suicidios, homicidios, enfermedades, etc.).

 Todo lo anterior, tendrá un efecto directo en la disminución del gasto e incremento de ingresos, ya que el país será más atractivo para diversas inversiones internas, externas y el turismo. Pero además tendrá un efecto positivo en la salud emocional y física, en oportunidades de trabajo y desarrollo que propician mejor calidad de vida, en una sociedad  renovada por los valores y principios bíblicos, que cuida los recursos y brinda seguridad a la población, que genera productividad y bienestar en nuestro país.

Debemos revolucionar nuestra sociedad, fomentando valores y principios bíblicos, no se trata de religiones, se trata de aplicar el manual de vida para las personas, la guía más autorizada en materia de los valores; en el campo del amor, las relaciones interpersonales y el comportamiento humano; la mismísima Palabra de Dios.

Hoy debemos planificar y actuar, para dejar un legado realmente significativo y sustantivo a las generaciones futuras. Un proyecto que transformará a Costa Rica mediante una sociedad saludable, sustentada en los valores y principios bíblicos, que debemos apoyar e impulsar el Gobierno, las organizaciones, los sectores sociales, productivos y religiosos, en fin, todos los ciudadanos que anhelamos cambios sustantivos  y positivos en nuestro país.

 

 

 

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