OPINIÓN

El país que somos

Fernando Berrocal / abogado y periodista /

El reciente y meritorio reconocimiento internacional a la CCSS y a nuestro régimen de seguridad social, nos debe generar una gran satisfacción y hacernos pensar en el país que somos y que debemos perfeccionar y mejorar.

Es bueno tener una actitud siempre crítica, pero esa actitud no se debe transformar nunca en derrotismo y menos en negación del país singular y ejemplar que hemos sido, en contraste con otros países de América Latina.

Tenemos serios problemas, es cierto, pero debemos mantener una perspectiva constructiva, positiva y patriótica.

Excepción de Canadá, tenemos la mejor seguridad social y médico asistencial de todas las Américas, incluyendo a los Estados Unidos y a Cuba.

Nuestra libertad de prensa es ejemplar y crítica de los poderes constituidos.

Aunque mejorable, somos junto a Uruguay el país con más desarrollo educativo y tenemos dos excelentes centros superiores con calificaciones mundiales: la Universidad de Costa Rica y el Instituto Tecnológico. 

Se nos reconoce internacionalmente por nuestros niveles de innovación tecnológica y nuestra capacidad de apertura hacia la economía internacional y la globalización. Ese ha sido un proceso sostenido y constante de muchos años que ha diversificado y ampliado nuestra producción privada exportable.

Sea como sea y más allá de los censurables escándalos de corrupción que afectaron el prestigio y la dignidad del Poder Judicial, en Costa Rica hay seguridad jurídica y Estado de Derecho. Eso es muchísimo y muy positivo.

Es cierto que aún existen varios reclamos justificados en Derechos Humanos Fundamentales, pero la gran mayoría nacional se opone a cualquier tipo de discriminación por razones de religión, sexo, orientación sexual, raza y somos un país abierto a la migración y respetamos los derechos de los extranjeros, a quienes otorgamos, como pocos países, absolutamente todos los beneficios de la seguridad social y de nuestro sistema educativo público. 

Cada cuatro años tenemos elecciones libres e incuestionables.

No tenemos ejército y con ello nos hemos salvado de la peor y más costosa peste regional. Ciertamente, hay que hacer mucho para fortalecer y mejorar funcionalmente nuestra Fuerza Pública, pero su naturaleza es democrática y su estructura es civilista, al servicio exclusivo del país y sus habitantes.

Lo que es inaceptable es que nos hemos quedado estancados y que algunos de los males latinoamericanos se nos han metido por la cocina, haciéndonos retroceder y mermando nuestra histórica singularidad en América Latina.

Eso es lo que hay que corregir, desde un constructivo patriotismo y con confianza en nuestras fortalezas, para integrarnos mejor a la globalización y responder en forma más eficiente a las realidades objetivas del mundo actual.

Costa Rica necesita con urgencia crecer económicamente y mejorar social e integralmente la calidad de vida de todos sus habitantes. Para ello, el país requiere aprobar reformas estructurales, económicas y sociales.

Ese es el punto de fondo y en ese esfuerzo y no en ridículos proyectos de ley y debates superficiales e intrascendentes, deberían trabajar el gobierno PAC-PUSC y la oposición en la Asamblea Legislativa.

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