OPINIÓN

Familia natural ó burbuja social

Dr.  Carlos Araya Guillén /  Filóso y  Educador /

La familia natural está por encima de una pandemia, de una ideología materialista y de ocultas intenciones de debilitar su valor como piedra angular de la sociedad, la humanidad y la creación.

La verdadera naturaleza de la familia está en su procedencia divina y en la perpetuidad de su bendición.

También se descubre en ella la unidad sexual del hombre y la mujer como imperativo moral de afirmar la presencia humana sobre la tierra, no solo por lazos biológicos, sino también por su trascendencia unitaria cuerpo, alma y espíritu, como expresión y signo de amor celestial.

La burbuja social, portadora de un evidente mensaje subliminal, dirigido al subconsciente en medio de los graves efectos del Covid-19, procura desvanecer el papel protagónico de la familia nuclear:  padre, madre e hijos en la lucha contra la  expansión del Coronavirus y de la cultura cristiana.

La burbuja no es una familia. Es un concepto utilizado para hacer referencia a un fenómeno bursátil de la teoría económica.  

Es una perniciosa e impropia adaptación de la realidad financiera a lo social. Es una construcción ideológica acorde con los principios de la doctrina de género.

EL Covid-19 debe enfrentarse desde la disciplina familiar. Corresponde a los padres conocer y hablar con sus hijos e hijas sobre la pandemia y sus graves consecuencias. 

La familia está llamada a luchar contra la propagación de la enfermedad siguiendo medidas sanitarias, protocolos, consejos y directrices de las autoridades de la salud pública.

Es la familia la que debe planificar formas de cuidar a las personas, en especial a los adultos mayores, que podrían estar en mayor riesgo de presentar graves complicaciones.

A lo largo de la historia la unión familiar ha sido resiliencia en el campo de la salud frente a pestes, patologías orgánicas y otras diversas enfermedades.

Por eso, la familia es una institución que manifiesta en plenitud la irremplazable solidaridad con el prójimo.

Es la que afirma la dignidad de la persona como sujeto social y moral. Sus derechos son inviolables. Y su permanencia un don irrevocable de amor a la vida.

Sin embargo, son muchos los que buscan eliminar el sentido sobrenatural de la familia que se encuentra en el espíritu de la fe.

Por eso, se debe defender la familia en su significado procreador, privilegio de transmitir la vida y su profundo valor de identidad.

La familia es un bien de la humanidad, adonde lo importante no es vivir juntos sino estar unidos en el amor filial contra la peligrosa enfermedad.

La familia informada y consciente de sus responsabilidades es pilar esencial en la lucha contra la pandemia y la reconstrucción social de la sociedad, pasada la crisis que hoy vivimos.

(Los comentarios y artículos de opinión, son propios de las personas que los escriben y no necesariamente representan el pensamiento de este medio).

 

 

 

 

 

 

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