OPINIÓN

Hablemos de Biblia

Yoser Barrantes / – 

En la vida real, nada resulta significativo o de valor para uno, excepto aquello que se ama. Si uno no ama a Dios, no le hallará sentido a lo que Él estipula, exige, aconseja o promete.

Toda persona que tiene su Biblia archivada no se ha dado cuenta de que es un libro que modela el existir.

Muchos desestiman lo que Dios ha dicho y en cambio, se erigen fundamentos humanísticos que hieren directo en el corazón de la ética y la moral.

No todo lo legal es moral. No olvidemos eso.

En varios lugares, se prohíbe la lectura de la Biblia; en los centros de estudio y cátedra, lo intelectual priva.

Quizá sin saber, que se está construyendo un muro que aísla de la fe.

Si se siguen manteniendo cerradas las Biblias y se da la espalda a Dios, tenemos un pie en el abismo.

El asunto es que en la vida de muchos hay tanto brillo intelectual como obscuridad espiritual. Eso es una tragedia.

La ciencia y los principios humanistas afirman que no hay Dios, y consecuentemente, no habría palabra que provenga de alguien que no existe.

Muchos sostienen erróneamente, que la idea de que exista un Dios no es más que un pseudo-argumento que trata de explicar el origen y otros misterios de la vida.

Sin embargo, tengo que decir, que son innumerables las muestras de que existe un Ser superior controlador de todo. Y negar su existencia es negar la evidencia como tal.

Creer en Dios no es sinónimo de tener un coeficiente intelectual bajo, por el contrario, el cristiano mide sus pasos y comprueba la veracidad de todo lo que oye.

Sin duda, las mejores cosas de la vida no son aquellas que pasan por un microscopio.

La Palabra de Dios es cierta querido lector.

Hay diferentes tipos de celdas, muchos cargan la suya donde vayan. Pero a través de su palabra Dios trae libertad.

Gente de toda clase social y de todo lugar que no encontraba salida certera para contrarrestar su confusión, gente que no hallaba motivo para vivir, gente que pensó en acabar con su vida, han podido mejorar gracias a que han abierto las enseñas plasmadas en las páginas de la Palabra de Dios.

Otros tantos hemos descubierto en ella un mensaje de esperanza futura y de verdades que merecen ser experimentadas. No solo porque es el libro más traducido y más veces impreso en la historia, sino porque contiene argumentos capaces de traer luz a la vida del humano.

De seguro, mi querido amigo, mi querida amiga, entre Génesis 1:1 y Apocalipsis 22:21 hay un mensaje para usted.

Todo arquitecto sabe bien que lo que determina la resistencia de una construcción contra las inclemencias, son los cimientos sólidos.

A mayor solidez y elaboración, mayor seguridad. Cada columna tiene una base reforzada y sin vacíos.

En esa mecánica, la Biblia afirma que uno debe edificar sobre roca firme y no sobre arena, para no ver su obra en el suelo.

¿Sabe usted que las palmeras son quienes soportan de mejor manera los vientos huracanados de los trópicos?

La vida trae consigo conflictos, sufrimientos, vicisitudes y fracasos. Son vientos huracanados que desgastan.

Por tal razón, al igual que los edificios y las palmeras, usted y yo necesitamos tener buenos cimientos para mantenernos en pie. Raíces que penetren en el terreno para no sucumbir.

Sucede que, en toda ocupación, uno debe ser habido de conocimiento para llegar a las metas. Y si se es avezado, mejor aún. Lo mismo pasa con la vida espiritual, por falta de conocimiento uno se pierde.

Pocas personas saben cuál es la voluntad de Dios. Muchos van detrás de ídolos que prometen como dioses, pero pagan como demonios.

Muchos tienen su confianza puesta en sí mismos, en sus posesiones, en su nivel académico, en su ocupación, en sus títulos valores y certificados a plazo, o en el gobierno; pero no en Dios.

Este mundo nubla la vista y muchas cosas que se ven normales no son progreso sino falta de civilización. El libertinaje contiene elementos destructivos que socaban la mente y el corazón.

Dios está buscando gente que esté dispuesta a escucharlo. “Yo soy el camino” dijo Jesús. Y muchos han puesto a prueba esa afirmación y comprobaron que es cierta.

Para algunos, Jesús no es más que el hijo de un carpintero, pero no es solo eso. A decir verdad, la esperanza del hombre no es la ciencia ni la tecnología, la esperanza de la humanidad está en Jesús.

Por eso es inteligente buscar a diario la instrucción del Señor. Porque la suma de sus palabras es la verdad. Sus promesas han superado muchas pruebas. Han sido acrisoladas a lo largo del tiempo.

El Evangelio es una buena noticia, no se puede recibir con escepticismo. Después de todo, Dios nunca te pediría que creas algo que no fuese cierto.

La Biblia no un simple introductorio de vida. Es la Palabra de Dios.

Si tienes duda, entonces estúdiela, indáguela, apréndala y verá que lo es.

(Los comentarios y artículos de opinión son propios de las personas que los escriben y no necesariamente representan el pensamiento de este medio).

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