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En qué consiste el plan de Donald Trump para Medio Oriente

Megan Specia /The New York Times /

La propuesta, que ha demorado tres años en prepararse, fue concebida sin opiniones palestinas y favorece las prioridades israelíes. Estos son los puntos principales y algunos de los elementos más controversiales.

El 28 de enero, el presidente estadounidense, Donald Trump, apareció junto al primer ministro de Israel, Benjamín Netanyahu, en la Casa Blanca para revelar un plan muy esperado que está destinado a resolver un conflicto generacional entre israelíes y palestinos.

Sin embargo, cuando se dio el anuncio, la representación palestina brilló por su ausencia, y los líderes palestinos han rechazado rotundamente el plan. El asentamiento propuesto favorece por mucho las prioridades de Israel en lugar de lograr que ambos lados hagan concesiones importantes.

A inicios de su presidencia, Trump prometió que negociaría un acuerdo de paz “mejor y más grande” que cualquier otro que se haya imaginado. Tres años después, los expertos dicen que el plan, desarrollado bajo la supervisión de Jared Kushner, el yerno de Trump, se queda muy corto con respecto a esa meta y es poco probable que llegue a convertirse en la base de un acuerdo de paz.

A continuación, algunas de las características principales del plan.

¿Qué dice el plan?

Si bien la propuesta de Trump es el intento más reciente de varios negociados por Estados Unidos para forjar la paz entre israelíes y palestinos, su estructura se desvía bastante de las políticas estadounidenses que se han utilizado durante décadas. Desde hace mucho tiempo, Estados Unidos ha expresado su apoyo a la creación de un Estado palestino con unos pocos ajustes a las fronteras israelíes que existían antes de la guerra árabe-israelí de 1967, cuando Israel arrebató Cisjordania a Jordania y Gaza a Egipto.

En cambio, el plan de 181 páginas de Trump propone una Cisjordania llena de pedazos interconectados de territorio israelí donde hay asentamientos judíos, la mayoría de los cuales están rodeados de tierras palestinas. Para los palestinos, esto significaría renunciar a zonas extensas del territorio de Cisjordania, que incluye regiones donde Israel ha establecido asentamientos durante los últimos 50 años y áreas estratégicas a lo largo de la frontera con Jordania. Casi todo el mundo considera que esos asentamientos son ilegales.

La estructura del plan también deja de lado el antiguo objetivo de crear un Estado palestino totalmente autónomo. En lugar de eso, Trump prometió vagamente que los palestinos podrían “conseguir un Estado independiente propio” pero no dio más detalles, mientras que Netanyahu dijo que el acuerdo proporcionaba un “camino hacia un Estado palestino” con salvedades considerables.

 

Los palestinos no aceptan el plan, aunque el acuerdo propone un plazo de cuatro años para que ellos participen en negociaciones reanudadas que produzcan una solución. Durante ese tiempo, Israel se abstendría de montar asentamientos en las zonas de Cisjordania que el plan ha designado para los palestinos.

Las propuestas estadounidenses anteriores hablaban de desarraigar a decenas de miles de israelíes de los asentamientos para devolverles esas áreas a los palestinos a fin de que las incluyeran en su Estado, pero el plan de Trump promete dejar tanto a los pobladores de los asentamientos como a los palestinos en sus hogares actuales. Más bien, mapea una serie de asentamientos vinculados y otras áreas que se convertirían oficialmente en territorio de Israel en medio de Cisjordania.

¿Cómo se propone rediseñar el mapa de Israel?

La propuesta contiene la aprobación estadounidense para el plan de Israel de redefinir las fronteras del país y anexar de manera formal los asentamientos en Cisjordania y el valle del Jordán, que desde hace tanto ha querido controlar.

Eso provocaría que la porción de Cisjordania en cualquier futuro Estado palestino quede rodeada por Israel en todos los frentes. Las fuerzas israelíes tomaron Cisjordania de las manos de Jordania durante la guerra de 1967, y los asentamientos israelíes han invadido la región poco a poco en las décadas que han transcurrido desde entonces, una situación que, en gran medida, la comunidad internacional ha condenado.

Netanyahu provocó polémica en septiembre cuando prometió, durante su campaña de reelección, que anexaría el valle del Jordán, una región estratégicamente crucial del territorio ocupado de Cisjordania situada muy cerca de la frontera con Jordania. El 28 de enero dejó en claro que consideraba que el plan de Trump legitimaba el reclamo de los asentamientos israelíes y el valle del Jordán como territorio israelí.

“Durante demasiado tiempo, el corazón de la tierra de Israel —donde nuestros patriotas oraron, nuestros profetas predicaron y nuestros reyes gobernaron— ha portado la ultrajante etiqueta de ‘territorio ocupado ilegalmente’”, declaró Netanyahu. “Bueno, el día de hoy, señor presidente, usted está terminando con esta gran mentira”.

Netanyahu dijo que su gabinete podía actuar en cuestión de días para afirmar su soberanía sobre esas áreas, pero esa decisión podría estar sujeta a escollos legales, porque el gobierno actual es provisional.

¿Cómo han reaccionado los palestinos?

Pese a la aseveración de Trump de que el acuerdo era una “oportunidad en la que todos ganan”, los palestinos lo han rechazado de manera flagrante.

Mahmud Abás, el líder de 84 años de la Autoridad Nacional Palestina, condenó el plan en un discurso que ofreció la tarde del martes 28 de enero tachándolo de una “conspiración” indigna de considerarse seriamente.

“Decimos mil veces no, no, no”, afirmó Abás, en su discurso en Ramala en el territorio de Cisjordania.

Los dirigentes palestinos suspendieron toda comunicación con el gobierno de Trump en 2017, luego de que Washington reconoció a Jerusalén como la capital de Israel y después mudó la Embajada de Estados Unidos a esa ciudad. El martes 28 de enero, estallaron las manifestaciones en contra del plan en las calles de Gaza y Cisjordania.

La reacción de otros gobiernos árabes ha sido mixta. Ninguno de los aliados árabes de Estados Unidos ha respaldado el plan de manera formal ni se ha comprometido a llevarlo a cabo, aunque los embajadores de Baréin, Omán y los Emiratos Árabes Unidos estuvieron presentes en el anuncio.

¿Es un plan enfocado en la paz o en la política?

David Friedman, embajador de Estados Unidos en Israel, dijo en una llamada con periodistas después de darse a conocer el plan que la gran revelación se programó “de forma no política”.

Dijo que el plan estaba “completamente horneado” antes de la elección israelí de abril pasado pero que los funcionarios estadounidenses atrasaron el anuncio. Como de dicha elección no se logró formar gobierno, Estados Unidos volvió a posponer el anuncio hasta después de una segunda elección en septiembre, dijo.

Ahora que Israel se acerca a una tercera elección en menos de un año, Friedman dijo que era el momento correcto para presentar la propuesta. Aseguró que los funcionarios estadounidenses también habían discutido los planes con Benny Gantz, líder del centrista Partido Azul y Blanco y principal rival de Netanyahu en la elección del 2 de marzo.

Pero los expertos dicen que el despliegue del plan está más relacionado con la política interna de Estados Unidos e Israel que con la solución del conflicto, ya que Trump enfrenta un juicio de destitución y Netanyahu un juicio por corrupción.

Megan Specia es editora en la sección Internacional en Londres y se especializa en narrativa digital y noticias de última hora. Trabaja en el Times desde 2016. 

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