OPINIÓN

Hablando bien del prójimo es amar

He podido ver la desgracia que producen los celos y las heridas profundas.

Edgar Mendoza B. / Pastor / Ilustración Píldoras de Fe / Fines ilustrativos /

Texto para reflexionar: 2 de Samuel 1: 17.

Endechó David a Saúl

¿Qué significaba la palabra endechar en tiempos pasados?

Cantar endechas. Era dar loor, es honrar la memoria de alguna persona en su funeral. También es afligirse, entristecerse, lamentarse sentir dolor.

La vida de David el dulce cantor de Israel está armonizada de cosas excelentes, momentos de gloria, días de tristeza, temor, dolor y culpa, momentos de adoración únicos, días de duelo en ayuno y oración para que Dios tuviera misericordia de él y de su pueblo.

La vida de este varón de Dios, fue de aprendizaje encarnado, de prueba y error, de experiencias con Dios, únicas.

¿Cómo puede un hombre endechar, alabar de manera tan impresionante a un hombre que fue su enemigo y le declaró la guerra a muerte?

Saúl rey de Israel, debido a sus inseguridades y miedos internos, se llenó de celos contra David, al punto de mirar demonios donde no los había. Fue así que echó a perder una gran amistad persiguiendo al mejor soldado que tenía en su ejército, a un amigo verdadero y de confianza, solo porque Dios estaba con él y bendecía a su pueblo a través de su persona. 

Saúl mismo había sido bendecido por Dios a través de David cuando cantaba para él y sentía alivio en su enfermedad, hizo armas de guerra e instrumentos para Israel. Mató a Goliat, llegó a ser yerno de Saúl y amigo de su hijo Jonathan.

Dios le daba victorias a Israel y a Saúl por su amigo David. Pero los celos enfermizos, la envida y el temor en Saúl echaron a perder todo en su casa y reino.

Yo he visto suceder esto en parejas, hogares, empresas, gobiernos, universidades, ejércitos, asociaciones, iglesias etc.

Y he podido ver la desgracia que producen los celos y las heridas profundas que causan.

Pregunto 

¿Qué decía David de su enemigo Saúl? ¿Cómo hablaba de él?

Decía: Ha perecido la gloria de Israel sobre tus alturas y cómo han caído los valientes.

Para David, Saúl no era un enemigo, era la gloria de Israel. Lo más importante, el ungido, escogido, colocado para reinar y dirigir un pueblo, hombre de guerra, era su hermano, etc.

¿Cómo puede alguien hablar así de su peor enemigo, del que acaba de morir, y horas antes andaba buscándolo para matarlo?

David nunca vio a Saúl como su enemigo, más bien como un hermano que había enfermado de celos. Por eso nunca dejó de amarlo a pesar de todo eso.

David trata o desea que los enemigos de Israel no sepan que Saúl había muerto y menos por boca de los judíos, para que sus enemigos no hicieran fiesta, y las mujeres no danzaran celebrando la victoria.

 ¿No es esto cubrir las faltas de tu hermano por amor a Dios y a su pueblo?   

Cuando las personas caen y cometen errores humanos, los hermanos espirituales deben invertir tiempo en restaurarlo con espíritu de mansedumbre, sabiendo que cualquiera puede caer. 

«Mire que el que está firme no caiga». La restauración en la Iglesia es un mandamiento. Perdónense los unos a los otros como Cristo los perdonó. 

Que no se hable mal de la iglesia de Cristo, que el mundo vea en ella el verdadero amor de Dios derramado en nuestros corazones. El amor cubre multitud de faltas. 

Seguro Jesús nos dice desde el cielo: «dejen de criticarse y aprendan a amarse».

En el versículo 21, David dice que se seque el monte donde cayó Saúl muerto, que no llueva, porque allí fueron destruidos los escudos de los valientes y el escudo de Saúl, como si no hubiera sido ungido con aceite…símbolo del Espíritu Santo. 

Esto es honrar a un hombre de Dios a pesar de sus errores que como humano pueda cometer.

El llamado de Jesús es a restaurar, no ha desechar, o a hacer leña del árbol caído, es a honrar, restaurar, no hablar mal de sus hijos.

Ámense unos a otros, como yo les estoy amando todavía antes de mi venida, es el mensaje de Jesús.

David termina diciendo que ellos eran muy amados y queridos, más ligeros que las águilas, y más fuertes que leones, eran muy valientes y armas de guerra para defender su pueblo.

Sería por esta clase de amor, estos valores, esta lealtad, esta revelación de Dios a David puesta en práctica, que dijo que David era conforme a su corazón.

Además, David era un hombre pobre de espíritu que supo reconocer y ver sus propios errores primero, para no estar viendo los de los demás. 

Un varón que supo reconocer sus pecados, humillarse y pedir perdón tirado en el piso con polvo y ceniza, a pesar de ser rey. 

Un hombre que escribió el salmo 51 para decirle a Dios que lo perdonara por su maldad y que por favor no quitara de él su Santo Espíritu.

Un varón que amó la casa de Dios de manera increíble.

Será que en el amar y perdonar a los enemigos, a los que nos han traicionado, al que nos desechó como cualquier chunche viejo, o al que mató a mi hijo (a), me robó la empresa, la esposa o esposo, me secuestró un ser amado, o los que me mataron toda la familia en la guerra. Será este el tipo de amor que demuestra que somos hijos de Dios.

¿No es el perdón un mandamiento de vida?

Qué el Señor Jesucristo nos enseñe a perdonar y a amar como él nos amó, para que seamos llamados hijos de Dios.

Un abrazo mis lectores. 

(Los comentarios, artículos de opinión, de testimonio o de formación espiritual, así como las informaciones que reproducimos de otros medios, sean noticias o debates, son propios de las personas que los escriben y no necesariamente representan el pensamiento de este medio).

 

 

 

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