OPINIÓN

Rahab: mujer en prostitución que tuvo fe en Dios

Al igual que Rahab debemos ser valientes y dispuestos en hacer la voluntad de Dios.

Dr. Carlos Araya Guillén / Articulista /

Después de la muerte de Moisés, Josué asume como nuevo líder de todo el pueblo de Israel para conducirlo a la tierra prometida (Canaán).

Le correspondió al hijo de Nun atravesar el Jordán y llegar a las puertas de la amurallada ciudad de Jericó y prepararse para conquistarla, camino a la tierra que Jehová  les había designado.

Conforme a la voluntad del Señor, Josué envió a Jericó, en secreto, dos espías para informarse sobre el ejército y las defensas de la ciudad.

Rahab, era una mujer cananea oprimida que vivía de la prostitución y habitaba en el muro de la ciudad (Josué 2:15 DHH).

Ella los recibe, les dio protección y los escondió entre los manojos de lino que tenía puestos en el terrado de su casa (Josué 2:6). De tal manera, que ni el rey ni los perseguidores que querían aprehenderlos y ejecutarlos, los encontraron.

Como pago por el auxilio misericordioso mostrado con los espías, Rahab pidió que le salvaran la vida a su padre, a su madre, a sus hermanos y hermanas y a todo lo que era suyo  (Josué 2:13 DHH), cuando los israelitas entraran para conquistar la ciudad.

Los espías se comprometen y le pidieron que «colgara un cordón grana de su ventana», para ser reconocida y preservar su vida durante la lucha (Josué 2:18).

Después de dar trece (13) vueltas, no siete como se cree, los muros de Jericó se derrumbaron y la   ciudad fue tomada y todo lo que en ella había fue consumido por fuego. Cuarenta mil hombres armados destruyeron Jericó (Josué 4:13 DHH).

Más dice la Escritura que Josué salvó la vida de Rahab, la valiente prostituta, la de su familia y la de los suyos. (Josué 6:25 DHH).

Es más, le permitieron vivir entre los israelitas. (Ibid).

Tan significativa fue la acción de Rahab que es mencionada en el evangelio de San Mateo (1:5 DHH), cuando se describe el linaje humano de Jesús.

Se le cita como esposa de Salmón y madre de Booz, quien fue bisabuelo del rey David. 

En Hebreos 11:31 se dice que no pereció por su fe y recibir en paz a los espías. También aparece en el libro de Santiago como ejemplo que la fe sin obras es muerta (2:25 DHH).

La presencia de Rahab en la Biblia nos muestra como Dios usa, como instrumento para el cumplimiento de sus planes a un alguien que no tenía un pasado bueno, pero era persona cambiada.

Dios escoge por gracia y no por mérito. Elige sin tomar en cuenta raza, nacionalidad, color, actividad cotidiana o sexo.

Rahab arriesgó poniendo en peligro su vida porque el rey sabía que los espías la habían visitado. Sin embargo, con sabiduría y valor le dijo a los guardas que llegaron a investigar, que era verdad que unos hombres la visitaron pero que ella no sabía de donde eran.

Aún más, los engañó diciéndoles que los espías iban por el camino del Jordán. “Seguidlos aprisa y los alcanzaréis”. (Josué 2:5). Cuando en realidad los espías estaban escondidos en su casa.

Rahab a pesar de su condición de mujer en prostitución, de ser discriminada y objeto de violencia sexual, había escuchado de las maravillas del Dios de Israel. 

Oyó hablar de Jehová, de la tierra prometida, del milagro del Mar Rojo y de la muerte de los amorreos y sabía que Jehová ayudaría a los Israelitas a luchar contra su pueblo.

Con fe creyó que el Jehová de los israelitas era un Dios verdadero arriba en los cielos y abajo en la tierra. (Josué 2: 10-11).

Confió en Jehová y no denunció a los espías. Salvó su vida y a los de su casa. (Josué 6:17 DHH).

Todo un ejemplo de valentía espiritual que la convierte en una mujer de fe en las páginas de la Biblia.

También se desprende del relato bíblico que, Rahab, con sabiduría negocia con los espías y los compromete, mediante una señal segura, a no matar a su familia ni destruir sus bienes. Cuánta sabiduría necesitan los cristianos actualmente para llevar el evangelio por todo el mundo y salvar a los miembros de su casa (Hechos 16:30-33).

Sin duda ella fue una heroína que puso en peligro su vida, su seguridad física, para cumplir lo que su corazón le dictaba.

Pidió misericordia pero mostró misericordia a  los espías (Josué 2: 12-14 DHH). En otras palabras predicó con el ejemplo, con buenas acciones y con solidaridad.

Sin olvidar la enseñanza ética. El honor de la palabra empeñada. Todos cumplen.

Rahab no denuncia a los espías. Los espías juran proteger a Rahab, si es necesario ofrendando su vida (Josué 2:14 DHH), Josué declara anatema la ciudad de Jericó, a excepción de Rahab y le permite vivir entre los israelitas.  (ver Josué capítulo 7).

Guardar fidelidad a la palabra dada es un principio de honestidad cristiana. Es el testimonio de una conciencia comprometida con la verdad.

Al igual que Rahab debemos ser valientes y dispuestos en hacer la voluntad de Dios. El rector obrar humano no depende de mi sabiduría, sino de la realidad de la presencia de Dios en nuestra vida cotidiana.

(Los comentarios, artículos de opinión, de testimonio o de formación espiritual, así como las informaciones que reproducimos de otros medios, sean noticias o debates, son propios de las personas que los escriben y no necesariamente representan el pensamiento de este medio).

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