OPINIÓN

Carta abierta al presidente Alvarado

Lcda. Gloria Navas / Coordinadora Movimiento CiudadanoCR  (MCCR)

Me atraganto si me quedo callada y me moriré de un infarto si no expreso la angustia que usted nos ha provocado, al país en general (con la excepción de sus aliados y “trolles”), a nuestras familias, a nuestra economía, a nuestra salud y a nuestra moral. 

 En verdad pienso que nos ha atropellado grandemente y nos ha despreciado tratándonos como a un pueblo ignorante, desobediente y dócil,para la mentira. No don Carlos, las cosas no son así.

Cada vez que decide presentarse ante la opinión pública, ya no nos hace temblar con sus cifras y amenazas de hechos deleznables que debe usted cargar, aunque su soberbia no creo que lo deje hacer el mea culpa.

Su gobierno no solo está ayuno de dirección, sino que se dedica desde el Poder Ejecutivo a engatusarnos con promesas vacías e irresponsables. 

No solo estamos cansados de sus posiciones sino que el hambre y la desesperanza pululan en medio de nuestro pueblo. 

No nos hable del Fondo Monetario ni de presiones indebidas o partidistas. Nada de eso nos interesa.

Nos interesa transparencia, aclaraciones sobre el manejo de la pandemia, explicación sobre la falta de control oportuno y firme en las fronteras para evitar que su pueblo, nuestra nación, se enfermara a ese ritmo galopante. 

Lloramos con nuestros hermanos extranjeros pero usted mismo lo ha permitido, abriendo las puertas para que se refugien en la pobreza extrema, en cuarterías y sin trabajo.

No ha habido una intención sincera en la reducción del gasto, pero sí una voluntad devoradora de nuestra estabilidad económica y emocional. 

Carece de hoja de ruta clara.  Nunca la ha tenido. 

Nos ha contaminado con hechos públicos que están incluso en los tribunales de justicia contra usted, no nos trate de endulzar con un sueño de opio de tren cuando no se muere la economía nacional. 

Y no le eche la culpa a la pandemia de la que estamos más que conscientes. Estamos cuidándonos, porque como pueblo en general hemos sido obedientes.

Nos ha tratado mal.  Nos ha engañado.  Nos ha tergiversado realidades y no ha sido capaz de rendir cuentas claras. 

No se compare con nosotros porque su posición es muy cómoda.  Se escuda detrás de un micrófono y de una pantalla, se toma fotos que impresionen como un gran líder y se posiciona internacionalmente mientras el pueblo lo desmiente con caras hambrientas y espíritus decaídos. 

No es usted el líder que necesitamos ni cumple nuestras expectativas.

Que Dios y la patria se lo reclamen. 

(Los artículos y comentarios de opinión, son propios de las personas que los escriben y no necesariamente representan el pensamiento de este medio).

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