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“Somos políticamente insignificantes”, dice la comunidad evangélica en India

Protestante Digital /

El país asiático está celebrando unas elecciones parlamentarias que acabarán el 19 de mayo y de las que saldrá el próximo primer ministro hasta 2024.

“La franja lunática se ha convertido ahora en la corriente principal”, dicen los cristianos.  AUTOR Jonatán Soriano

Las elecciones parlamentarias de India se han convertido en un fenómeno social observado a lo largo del planeta. Su carácter singular se lo han ganado por su organización y las imágenes de largas hileras de votantes esperando para seleccionar a su candidato. Concretamente, 900 millones de personas.

Las votaciones comenzaron el pasado 11 de abril y no acabarán hasta el próximo 19 de mayo, cuando los ciudadanos de los últimos estados aprieten los botones de las máquinas telemáticas y depositen las copias escritas de su elección en las urnas.

“Son las elecciones más multitudinarias hasta ahora”, asegura a Protestante Digital el secretario general de la Comunidad Evangélica India (EFI, por sus siglas en inglés), Vijayesh Lal. 

Lal parece apático al hablar de las principales opciones políticas que han focalizado la atención durante la campaña.

“El discurso político que hemos presenciado durante esta campaña es, de hecho, la imagen de esta sociedad”, dice Lal.

“La gente no ha captado los límites de la decencia común, ni en el partido del gobierno ni en la oposición, y ha sido una campaña viciosa”, remarca. 

En India, aunque se pueden contar más de 400 candidaturas, todas las opciones quedan reducidas en dos. Por un lado, el Partido Popular Indio (BJP, por sus siglas en hindi), de corte nacionalista y conservador, que ha gobernado los últimos cinco años con Narendra Modi como primer ministro. Y frente a Modi se sitúa Rahul Gandhi, hijo de los ex-primeros ministros Indira y Rajiv Gandhi, al frente del histórico Congreso Nacional Indio (que lideró la independencia con Mahatma Gandhi), que en las últimas elecciones perdió más de 200 diputados.

 Aunque las encuestas dan la victoria a Modi, las cifras bailan sobre cuántos de los 543 asientos se repartirían las diferentes formaciones en la Lok Sabha, la cámara baja del Parlamento y en la que se escogerá al próximo primer ministro hasta 2024.   

¿Un gobierno fascita en India?

“Bhagwan Parshuram personifica la valentía y la honestidad. Que el poder de sus ideales haga que nuestra sociedad sea más justa y armoniosa”, manifestaba Modi hace unas horas en redes sociales, en relación a una de las festividades indias en honor a uno de los avatares del dios hindú Vishnu.

Un mensaje parecido también aparecía en los perfiles del partido de la oposición. La religión, como elemento básico de la identidad nacional, ha jugado un papel destacado en la política del primer ministro a lo largo de sus cinco años a la cabeza del gobierno. 

“Narendra Modi es un soldado raso convertido primero en oficial, y luego en representante político de la Organización Nacional Patriota (RSS, por sus siglas en hindi), que es la principal defensora de la ideología hindutva” explica Lal.

“Hindutva es una ideología fascista que cree en una nación, una cultura y un pueblo. Admiran abiertamente a personajes como Adolf Hitler y creen en la solución final”, remarca el secretario general de la Comunidad Evangélica de India.

“Es una amenaza para la democracia de este país, y para la Constitución y el hinduismo en sí mismo”.  Tras los esfuerzos de consolidación de la economía India como potencia mundial (el Banco Mundial prevé en el país un crecimiento económico anual del 7,5% para los próximos tres años, más de un punto por encima de China), aparece una gestión de la realidad social en la que las amenazas contra grupos minoritarios en el país, como los musulmanes y los cristianos, han crecido notablemente.

“El gobierno de Modi ha cerrado los ojos cuando las minorías religiosas han sido atacadas”, lamenta Vijayesh Lal.

“Han pronunciado discursos contra las minorías, incluso el propio primer ministro y los ministros de su gabinete. Muchos de ellos conocen a personas que han matado a otras pertenecientes a grupos minoritarios y han impulsado constantemente una retórica contra las minorías sin pensar en las consecuencias de ello”, reitera. 

 En un artículo publicado en junio de 2015, un año después de que Narendra Modi se convirtiese en primer ministro de India, el investigador principal del Centro de Asuntos Internacionales de Barcelona (CIDOB), Nicolás de Pedro, aseguraba que “la consolidación de su poder personal y el del BJP como fuerza hegemónica en India ha sido una de las prioridades del primer año del gobierno de Modi”. 

 “Eso (los discursos contra las minorías) le funcionó en 2014 y en algunas elecciones regionales después, pero espero que en estas votaciones no le sirva y que la gente vea lo que son en realidad”, manifiesta Lal.  

 

Votantes del BJP, el partido del primer ministro Narendra Modi, durante un acto de campaña.

Incremento constante de la persecución

 En 2016 India figuraba en la Lista Mundial de Persecución de Puertas Abiertas con una puntuación de 68, según el índice de peligrosidad por países para los cristianos.

La última edición del documento sitúa a la potencia asiática entre los diez lugares más hostiles del mundo contra el cristianismo, con una valoración de 83 puntos. Desde la Comunidad Evangélica de India denuncian todo tipo de violencia, acoso judicial y, incluso, asesinatos.

“Los cristianos somos atacados a diario. La violencia física es constante y también hay mucha violencia de género y las mujeres cristianas son atacadas o señaladas. Las causas judiciales falsas y los arrestos de pastores también son un problema, y la actitud del gobierno es de no responder cuando la libertad religiosa de los cristianos, o de cualquier otra minoría, es violada”, asegura el secretario general de la entidad, Vijayesh Lal. 

“Incluso orar en nuestras casas y nuestras iglesias ya no es seguro. Los domingos, los días de Navidad o de pascua son algunos de los momentos en que los cristianos son más vulnerables a ataques en India”, añade. 

Uno de los aspectos que más preocupan a Lal es lo que considera como “propaganda anticristiana” y “discurso del odio”, dirigido en teoría a suscitar sentimientos contrarios a minorías como la cristiana (poco más del 2% de la población). Y tras ese discurso sitúa a los partidarios de la ideología hindutva.

“Son los mismos que asesinaron a Mahatma Gandhi y que han señalado a minorías, como la musulmana, durante mucho tiempo. El señalamiento sistemático de los cristianos comenzó en la segunda mitad del siglo XX. Antes de esa fecha lo había, pero no sistemático. Por momentos, los cristianos han sido considerados como el enemigo número dos, y en otras ocasiones, el principal adversario. Depende de la conveniencia de los seguidores de hindutva. Así que el crecimiento de la discriminación y la intolerancia en el país, y todo ese debate acerca de quién es nacionalista y quién no lo es, debe verse desde una perspectiva más amplia. Es una lucha para ver si India seguirá siendo la democracia más grande del mundo o no, porque quienes desatan esta ideología no valoran la Constitución ni los valores indios”, afirma el secretario general de la Comunidad Evangélica de India.

La entidad publicó un informe a principios de año en el que registran hasta 325 incidentes contra cristianos en el país durante 2018. “Desde 2009 publicamos cada año un informe de los altercados contra cristianos que ha sido posible verificar”, dice Lal.

Además del documento, la organización también está “ayudando a las víctimas de la violencia a través del activismo jurídico y de las necesidades prácticas”. “Cada ciudadano de India debería tener libertad religiosa como algo que aparece en nuestra Constitución y que disponen otros gobiernos internacionales, así como la Declaración Universal de los Derechos Humanos de Naciones Unidas”.   

Minorías arrojadas a la invisibilidad política

Desde la Comunidad Evangélica de India aseguran “estar orando por un gobierno que sea cercano al corazón de Dios”, aunque no lo ven como escenario posible a corto plazo.

“Si Modi gana otra vez la persecución contra los cristianos y los musulmanes en India continuará creciendo. Si Modi no gana y lo hace otro, quizás alguien del BJP también, o el candidato del Congreso Nacional de India, incluso entonces la persecución de cristianos en India continuará creciendo”, señala. “El veneno del odio, de la polarización, del sectarismo, ha arraigado muy adentro. La franja lunática se ha convertido ahora en la corriente principal”, añade Lal. “El hombre común ha sido radicalizado para pensar que las minorías no son nacionalistas. Por eso no creo que la persecución contra las minorías en India vaya a disminuir”. 

Según considera, durante el gobierno de Atal Bihari Vajpayee (el primer candidato del BJP en convertirse primer ministro), se produjo “una gran infiltración en la Administración, el ejecutivo, la burocracia y la jurisprudencia”.

“Modi, durante su tiempo como ministro jefe de Guyarat, perfeccionó el arte de la penetración y la infiltración a todos los niveles de la Administración”, por lo que, dice Lal, “la gente que suscribe la ideología hindutva ocupa posiciones importantes”.   

Pero el secretario general de la Comunidad Evangélica de India tampoco alberga esperanzas renovadas con la candidatura de Rahul Gandhi.

 “El Congreso Nacional de India piensa que siempre hemos sido sus partidarios pero nunca han venido a nosotros para pedirnos el voto”, matiza.  A pesar del surgimiento de varios partidos políticos cristianos de cara a las elecciones, sobre todo en los estados de Andrha Pradesh y de Tamil Nadu, explica Lal, “ninguno de ellos ha tenido seguimiento a pie de calle, así que no están capacitados para decir nada”. “No hay un partido en India que represente exclusivamente a los cristianos”, apunta. “Somos políticamente dispensables. Somos políticamente insignificantes”.   

 “Oramos para que quién venga, venga del Señor”

A pesar del silencio con el que han vivido la campaña electoral, desde la Comunidad Evangélica de India dicen estar orando “para que quién venga, venga del Señor”, en cuanto al futuro político del país.

Tampoco se olvidan del factor económico y piden “prosperidad” además de “igualdad para todos”. “India es le mejor país para vivir ahora mismo y digo esto a pesar de la persecución. Somos el país con más población joven del mundo”, dice Lal.

“En 2025 India será el país con más musulmanes del mundo. Hay mucha gente que todavía no conoce a Dios y estamos llamados para entregar el evangelio. Orad para que los cristianos permanezcamos fuertes y para que Dios abra puertas”, pide.

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