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Organización médica peruana no acepta la vacunación en ese país y exige responsabilidad

Expreso.com / Perú /

La Organización Médica Peruana de Investigación -OMPEI- no acepta la vacunación en el Perú y rechaza la ley aprobada por el parlamento que otorga registro sanitario a los medicamentos y vacunas biológicas en fase experimental para legalizar la inoculación de genes nuevos en los seres humanos.

«Es inaceptable que el parlamento por ley otorgue registro sanitario a los medicamentos y vacunas biológicas experimentales, la ciudadanía debe saber que nunca en la historia de las vacunas se ha aprobado una, en menos de un año, y que en 20 años no se han obtenido vacunas para el SARS, MERS.

¿Cómo el gobierno puede respaldar o esperar que en seis meses se obtenga una vacuna para SARS COV2? El gobierno, la cancillería, los parlamentarios, la ministra de salud y su viceministro son irresponsables al promover un sistema de vacunación que viola derechos y el principio de precaución, estos personajes especulan y venden humo con las vacunas Covid-19.

Inyectar genes extraños  no es vacunación es un experimento de transgénesis, vacunar es dar un patógeno muerto, atenuado o proteínas de ese patógeno para que el sistema inmune de manera natural haga los anticuerpos, inyectar genes es un experimento para infectar  células humanas. Es inconcebible que se exponga a los ciudadanos a una práctica masiva experimental injustificada, que podría desencadenar un desastre sanitario de gran magnitud”, sostuvo Rosa María Apaza, presidenta de la Organización Médica Peruana de Investigación, OMPEI.

Para la OMPEI antes de realizar la inoculación masiva experimental de la población de cualquiera de las diversas variantes de vacunas contra el SARS-CoV-2, es condición necesaria haber descartado la ocurrencia de una reacción inmunitaria paradójica, tal como la observada en los modelos animales como hurones y felinos en experimentos pre-clínicos, en los cuales la inmunización previa con coronavirus no los protegieron de la infección, sino que, de manera paradójica, quedaron expuestos a padecer una enfermedad peor.

Este efecto no debería ser minimizado por las autoridades debido a que dicho fenómeno ya se observó en otros virus -además de coronavirus- como en virus sincitial respiratorio y virus del Dengue.

Advierte que la posibilidad de ocasionar daños irreversibles en los seres humanos con terapias preventivas en etapa de experimentación, es violatoria de la Declaración Universal de bioética, y conlleva el riesgo potencial de generar enfermedades autoinmunes y neurodegenerativas entre otros efectos adversos graves ya comprobados en voluntarios, así como efectos adversos a mediano y largo plazo -que aún deben ser evaluados- tales como toxicidad, mutagénesis, teratogénesis, carcinogénesis y afectación de la fertilidad en los ciudadanos inoculados.

Así mismo, comunica que las vacunas de ARN (de las empresas Moderna, Pfizer/BioNtech, CureVac) son inyecciones de ARNs mensajeros foráneos recubiertos con nanopartículas lipídicas con polietilenglicol, con el fin de evadir los mecanismos del cuerpo y permitirle ingresar en las células sin ser degradado por las barreras naturales del organismo.

Las empresas de biotecnología se esfuerzan en repetir el hecho de que las vacunas ARNm no tienen la capacidad de ingresar al núcleo para modificar el ADN. Explican que el ARNm de la vacuna sólo va a codificar la glicoproteína spike (S) y se va limitar a transcribirla en el citoplasma celular.

Llama la atención que se abstengan de mencionar el mecanismo de regulación epigenética que tiene el ARNm. La capacidad de regular directamente la expresión de los genes es un mecanismo ampliamente reconocido por la biología molecular: el silenciamiento génico mediado por ácidos ribonucleicos, los llamados siRNA.

“Las vacunas ARNm tienen la capacidad potencial de modificar el ADN humano, induciendo o silenciando distintos genes de nuestro genoma. Por ello (y para facilitar el entendimiento a las personas no especialistas) decimos que son vacunas transgénicas, porque trasgreden el ADN nativo del ser humano y conllevan el riesgo de generar modificaciones genéticas de carácter transitorias o permanentes y en grado desconocido, sin control real de sus consecuencias y escalas, sin poder garantizar que no se van a inducir alteraciones irreversibles de la condición humana.

Respecto a la vacuna rusa que usa el adenovirus de tipo 5 induce, predispone a las personas a infectarse con el SIDA”, argumentó la Dra. Roxana Bruno, miembro del Consejo Consultivo de la OMPEI y PhD en inmunología.

“El gobierno, la cancillería y los ministros de salud deben hacerse responsables por los actos negligentes contra los peruanos. Justificar que saltarse las fases para conseguir una vacuna segura, es una irresponsabilidad, están utilizando a los seres humanos como modelos de desafío porque los modelos en animales no funcionó (hurones, felinos, conejos, primates no humanos), revisen los artículos publicados, el sistema de vacunación les produjo una enfermedad peor y eso va a ocurrir con las personas vacunadas, se va a repetir lo que sucedió con los animales, en los animales los anticuerpos que genera la vacuna no son anticuerpos neutralizantes protectores son anticuerpos facilitadores de la enfermedad, por lo tanto con esos anticuerpos la próxima vez la persona o el animal que tiene contacto con el virus en lugar de estar protegido hace una enfermedad pulmonar inflamatoria sistémica peor”, aseveró Apaza.

 

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