Sonia Pérez D. /Associated Press/ Nuevo Herald / Foto: Luis soto: AP/
Los habitantes de los pueblos en torno al Volcán de Fuego de Guatemala empezaron el lunes a llorar a las pocas víctimas que pudieron ser identificadas, después de que una erupción matara a docenas de personas al arrastrarlas en riadas de lodo y ceniza ardiente.
Los dolientes lloraban por la tarde sobre varios ataúdes colocados en fila en el principal parque de San Juan Alotenango, antes de que los rescatistas iniciaran su receso nocturno.
No hay electricidad en las zonas más afectadas, Los Lotes y El Rodeo, de modo que las labores de búsqueda se suspendían al anochecer. Al amanecer del martes, el volcán seguía agitado, mientras las autoridades de sismología informaron que el coloso estaba emitiendo de 8 a 10 explosiones moderadas por hora esta mañana, aunque el nivel de la actividad era muy inferior al del domingo.
Las autoridades guatemaltecas dieron una cifra de 69 muertos, aunque dijeron haber identificado solo a 17 por ahora porque el intenso calor del material volcánico dejó la mayoría de los cuerpos irreconocibles.
