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El movimiento pro vida en Estados Unidos

Magdalena Moncada /Actuall/

El movimiento pro vida ha provocado un fuerte cambio cultural en la sociedad norteamericana y particularmente en su juventud.

El movimiento pro vida se ha vuelto un factor fundamental para ganar elecciones en Estados Unidos, lo que demuestra la fuerza que ha ganado en estos 50 años.

A 47 años del fallo de Roe vs Wade –el cual abrió la puerta del aborto en Estados Unidos– se han asesinado cerca de 60 millones de personas no nacidas. Actualmente el aborto es legal en todo el país y todos los estados deben tener al menos una clínica de abortos.

A pesar de ello, cada estado puede limitar la ejecución del aborto restringiéndolo dentro del primer o segundo trimestre de embarazo, así como agregar nuevas causales de prohibición, siendo una de las más recientes y polémicas, la restricción de realizarlo una vez que comienza a latir el corazón del feto.

Pese a la instauración del aborto como un “derecho” de la mujer sobre su cuerpo, este país ha experimentado un creciente movimiento pro vida que ha hecho un fuerte cambio cultural y social en la sociedad norteamericana y particularmente en su juventud, la cual se autodenomina la “generación pro vida”. La fuerza del movimiento ha hecho avanzar al país hacia una retirada del aborto, fuerza que se viene a consagrar con la elección de un presidente que se proclamó pro vida: Donald J. Trump.

Donald Trump saluda a los congregados en la Marcha por la Vida celebrada en Washington en 2020. /EFE.

El movimiento pro vida comenzó a crecer y tomar fuerza luego de que el aborto fuese legalizado en todos los estados. En primer lugar se realizó un trabajo de mostrar al feto como un ser humano a través de fotos en los años 70 y posteriormente con las ecografías y ultrasonidos; así, John Wilkie fundó el “Comité Nacional del derecho a la vida” (National Right to Life Comitee), que es la organización anti aborto más antigua del país; él, junto con su mujer, iniciaron las protestas pacíficas en las clínicas de aborto alrededor del país, y juntos escribieron el libro “Handbook on Abortion”, el cual se volvió fundamental para el movimiento que iría creciendo después.

Poco a poco, y con el desarrollo del movimiento pro vida, se fue tomando conciencia por parte de la ciudadanía de que el aborto es realmente un acto brutal, en que se asesina al hijo mientras vive dentro de la madre, provocando traumas aún mayores en las mujeres que abortan y dejando desamparados a los más inocentes.

El movimiento ha visto los frutos de su trabajo, en la medida en que han ido decreciendo continuamente el número de abortos, siendo el año 2017 el año con menos muertes desde que se aprobó en 1973.

 Así, el movimiento fue ganando espacio en el debate público, popularidad y fuerza, para que posteriormente asumiera Donald Trump como presidente, quien había asegurado un fuerte compromiso provida.

Es así como Trump, al asumir la administración del país, concreta de forma manifiesta este paulatino cambio llevado lentamente por la sociedad hacia la defensa de la vida.

Desde entonces, Trump permitió que los estados dejasen de financiar a la multinacional Planned Parenthood (proveedora de clínicas de abortos en todo el país) desfinanciando poco a poco a este gigante económico; junto con ello, el presidente prohibió que el dinero procedente de impuestos fuera dirigido a financiar abortos en el extranjero; le advirtió al congreso que vetaría cualquier ley que terminase con la vida humana; durante su gobierno se permitió la objeción de conciencia contra los seguros obligatorios que incluyen el aborto, así como ha obligado a que las compañías revelen si sus planes cubren el aborto; ha señalado que le quitará el financiamiento a las universidades estatales que impidan la libertad de expresión de sus alumnos; ha nombrado a personas pro vida en puestos judiciales importantes, siendo el más conocido el nombramiento de Brett Kavanaugh como juez de la Corte Suprema junto con Niel Gorsuch, acercando al país a la posibilidad de la derogación de fallo Roe vs Wade, lo que abre la posibilidad de una nueva interpretación respecto de la licitud o ilicitud del aborto.

MÁS ALLÁ DEL JUICIO QUE SE HACE RESPECTO AL FUERO INTERNO DE TRUMP, LO CIERTO ES QUE HA CORRESPONDIDO DURANTE 4 AÑOS, DE FORMA CONSTANTE, A LOS DESEOS DE SUS VOTANTES DE AVANZAR HACIA LA PROHIBICIÓN DEL ABORTO.

Todos estos cambios son posibles gracias al apoyo ciudadano que estas políticas pro vida tienen, y con el actuar de Trump, las organizaciones sociales se sienten respaldadas para continuar su trabajo, haciendo de la defensa de la vida un círculo virtuoso favorecido recíprocamente entre el gobierno y los activistas.

Por lo demás, la participación del presidente Trump en la marcha pro vida este año 2020, fue especialmente significativa, no sólo por ser el primer presidente en asistir a dicha marcha realizada en Washington, sino porque además declaró a aquél día como el día nacional de la santidad de la vida humana, nuevamente dándole fuerza al movimiento pro vida, impulsando a la ciudadanía a seguir organizándose y combatiendo contra el aborto, tal como él mismo señaló: “Estamos aquí por una razón muy simple, para defender el derecho de todo niño nacido y no nacido, de cumplir su potencial dado por Dios. (…)

Todos los que estamos aquí entendemos una verdad eterna, todo niño es un regalo preciado y sagrado de Dios. (…) Nosotros sabemos esto: toda vida trae amor a este mundo, todo niño trae alegría a su familia, toda persona debe ser protegida, y sobre todo, nosotros sabemos que toda alma humana es divina y que toda vida humana nacida y no nacida es hecha en la Santa Imagen de Dios Todopoderoso, juntos defenderemos esta verdad a través de nuestra magnífica tierra”.

Sin embargo, algunos cuestionan la sinceridad de compromiso del presidente, y se plantea que su férrea posición pro vida no es más que una estrategia para asegurar a aquellos votantes, sin que a él le importe realmente la vida del no nacido.

A pesar de estas especulaciones, y más allá del juicio que se hace respecto al fuero interno de Trump, lo cierto es que ha correspondido durante 4 años, de forma constante, a los deseos de sus votantes de avanzar hacia la prohibición del aborto, es por ello que se vuelve menos relevante la posición personal del presidente respecto a la vida, en tanto haga todos sus esfuerzos y utilice los recursos que tiene a la mano para protegerla.

Es claro que Trump, indiferente de los medios o de sus declaraciones, tiene un objetivo unívoco: obtener el voto pro vida, lo que manifiesta cómo el movimiento se ha vuelto un factor fundamental para ganar elecciones en Estados Unidos, lo que demuestra la fuerza que ha ganado en estos 50 años.

Junto con ello, no se puede menospreciar la importancia de tener líderes comprometidos con la vida alrededor del mundo, la fuerza de estos liderazgos es arrolladora y transformadora, un presidente que defiende la vida no solo nombra jueces, y veta las leyes, no solo alienta y envalentona al resto de la ciudadanía a continuar con el trabajo por la dignidad de la persona, sino que salva la vida de miles de niños que con otro presidente no habrían tenido la oportunidad de nacer.

Los verdaderos liderazgos no administran a un país, sino que los dirigen y perfeccionan, y son absolutamente fundamentales para ser continuadores y perpetradores del trabajo pro vida que los ciudadanos han realizado por décadas.

Pero el liderazgo fuerte no puede actuar sin una generación activa, así, miles de jóvenes estadounidenses participan en lo público a lo largo del país, como puede verse en cada manifestación que realizan.

Tal es la masividad, madurez y fuerza de la juventud que incluso CNN intentó armar una escena para humillarlos, y se encontraron con quien hoy es rostro aclamado del movimiento pro vida: un joven estudiante menor de 18 años, Nick Sandmann.

Es por ello, que el ejemplo de Estados Unidos es alentador. Es una demostración clara de que allí donde abundó el pecado, logró sobreabundar la gracia, y que con convicción y un liderazgo fuerte, se puede, poco a poco, contrarrestar el mayor genocidio que nuestra historia ha conocido.

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